lunes, 4 de julio de 2011

despego los ojos

escuche un millón de palabras que salían de tu boca,
hacia nada que me había enamorado de imágenes esteticamnete perfectas, de escenarios hermosos de una ciudad encantada.
revolucionada hable sin pensar, me carcomía el corazón una pregunta simple y concisa,
sabia que te iba a shokear, desestabilizar y sorprender, y la idea de que todo eso te pase me incito a mas.
no hice ningún tipo de introducción que te prepare al hecho y te la escupí en la cara.
te mire por un instante nada mas y sentí que te estaba enjuiciando, interrogando para comprobar si ibas a ser culpable de una muerte  no.
duvitativamente comenzaste a decir un montón de balbuceos que me hacían sentir fuerte y divertida,
sentía el sabor a la victoria de algo sumamente triste y dañino, también para mi.
hasta que por tu inteligencia sentimental, tu corazón enorme, tu alma blanca y mi apresurado grito de estúpido placer me despejaste los ojos.
brotaban innumerables formas orgánicas de colores indescriptibles de cada una de las frases que de tu boca salieron.
sentía que me abría como una flor mojada por el rocío en un movimiento lento y ante una situación de acto reflejo.
dijiste todo lo que parecía necesitaba escuchar
quisiera ahora recordar cada oración para hacerte las canciones mas lindas del mundo, 
que con tu voz y música te hagan respirar profundo con la sensación de satisfacción inmensa.
te vi el alma y cada uno de tus órganos latir, te desnude ante mi para verme yo también el cuerpo desnudo
no necesite nada mas que besarte con todo el amor del mundo tus enormes ojos marrones oscuros.
la luz de la calle era tenue y el silencio del invierno aterrador amenazaba cada una de mi cuatro extremidades que seguramente se teñirían de rojo a violacio.
me despejo los ojos para que la luz sature los colores
y veamos en cálido este invierno crudo.